miércoles, 25 de enero de 2012

HISTORIAS DE NADGLIM: LA GUERRA DE LA CORONA BLANCA - CAPÍTULO 5

Pasaron ocho años y Sachel logro dominar las bases del estilo de combate de los Guardianes de la Hoja Plateada, lo que aún los mejores elfos tardan alrededor de treinta años en conseguir. Lothgrim no se había equivocado en  reconocer el talento natural que poseía Sachel.

Un día interrumpió el entrenamiento y lo llamo.

-Sachel, en estos años has evolucionado mucho más rápido aún de lo que habría esperado, estoy orgulloso de ti, es hora de darte tus espadas, símbolo de que eres un verdadero Guardían de la Hoja Plateada-. Tras decir esto, Lothgrim le ofreció la primera de las dos espadas. –Esta espada fue utilizada por tu antepasado Argalión en el tiempo en que nos acompañó en Lifridon- continuo.
Sachel tomo la espada y la observó detenidamente, un enorme orgullo invadió su pecho –Es un enorme honor el que me hace mi Señor- dijo tratando de disimular la gran emoción que sentía.
Fue entonces cuando Lothgrim le alcanzó la segunda espada a Argalión, se trataba de la espada de su padre que había sido reforjada. La belleza del arma era muy superior a la que Sachel había conocido pero conservaba su esencia. Esta vez Sachel no pudo contener la emoción y un par de lágrimas recorrieron sus mejillas. – Le estaré siempre eternamente agradecido mi Señor- dijo finalmente.
Lothgrim lo miro con una sonrisa en la boca, para él Sachel se había convertido en un hijo. –Me lo agradecerás en el campo de batalla, tenemos informes de nuevos movimientos de Orcos en uno de los pasos de Nagsur, quiero que me acompañes en esta misión.

En los últimos años las incursiones de orcos habían ido en aumento, sin embargo al Rey Milifin parecía impórtale poco y solo se dedicaba a mandar exploradores y, cuando se detectaba algún grupo importante, a los Guardianes de la Hoja Plateada para mantenerlos a distancia de Lifridon.

Luego de prepararse, Lothgrim y Sachel junto con una decima parte de los Guardianes de la Hoja iniciaron el viaje hacia Nagsur. Por el camino pasaron cerca de la que había sido la aldea de Sachel. Esté tuvo el impulso de visitarla nuevamente, pero se contuvo, eso era parte de su pasado, su presente estaba con los Guardianes y con Lothgrim.

Tras dos días de viaje pudieron divisar los picos de la cadena montañosa. Cuando estuvieron cerca, Lothgrim dio la orden de bajar de los caballos y se los dejo a cargo de cuatro Guardianes de la Hoja ordenando al resto que lo siguieran.

Avanzaron con cautela, pero al llegar a la última colina previa al paso escucharon ruidos de batalla. Lothgrim, junto a Sachel se acercaron al borde de la colina y pudieron observar el panorama. Habían unos treinta orcos rodeando a un enano con armadura y una enorme hacha de guerra, la cual mantenía en movimiento sobre su cabeza; y a otra figura de la que no se podía reconocer la raza porque tenía todo el cuerpo cubierto por una túnica negra. En la maño derecha llevaba un puñal y se mantenía detrás del enano. Dos orcos se acercaron, pero fueron decapitados por el enano.

A pesar de la enemistad que hubo desde los inicios entre elfos y enanos, en los últimos tiempos habían logrado una tregua, mientras que el odio por los orcos era un factor común en ambas razas; por lo que al ver la situación Lothgrim dio la orden de ataque. Las flechas de los arqueros comenzaron a silbar en el aire mientras que el grueso de los Guardianes sacaron sus espadas y cargaron contra los orcos.

Cuatro orcos cayeron por las flechas y más de la mitad se dieron vuelta para enfrentar a los Guardianes, pero una parte continuo atacando al enano y a su protegido. El enano logró matar a otro orco pero dejo una apertura y lograron desplazarlo de su posición dejando indefensa a la figura negra.

Fue entonces cuando Sachel, esquivando e hiriendo a un par de orcos, penetró el círculo que habían formado para recibir la carga de los Guardianes y atravesó a un orco con sus espadas en el momento en que se disponía a atacar a la figura negra.

-¡Sachel atrás!- Gritó Lothgrim.

Ante la advertencia, Sachel se giró. Dos orcos se disponían a atacarlo. Cortó la pierna derecha del primero haciéndolo caer. Y perforó con ambas espada los pulmones del segundo, los cuales estaban descubiertos por tener el hacha con las dos manos por encima de su cabeza preparando un golpe. Otro de los Guardianes remato al primer orco que derribó.

Tras recuperar las espadas, Sachel miro a su alrededor y vio que no quedaba ningún orco en píe mientras que no se había producida ninguna baja entre los Guardianes. Se dio vuelta y se dirigió a la figura de negro.

-No tienen nada que temen- dijo –Somos enemigos de los orcos y por tanto amigos suyos ¿Puedo saber su nombre?-

La figura retiro la tela que cubría su rostro, Sachel quedo sorprendido. Debajo de está se encontraba el rostro de una bella mujer de cabellos castaños y ojos azules como el mar.

-¡Soy la princesa Beljun del reino de Kalad, y debo llegar a Ludsur a pedir ayuda al Rey Efiron!- exclamó la hermosa dama.

3 comentarios:

  1. No lo dejes ahi!!! Queremos saber como sigue!!! muy bueno, y te propongo un desafío, dibujate un mapa!!

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  2. Gracias Guillote!!! Respecto al mapa, tengo una idea mas o menos elaborada en la cabeza, pero prefiero desarrollar un poco mas la mitología para no restringirme si, por ejemplo, quiero poner una montaña donde no debería haberla.

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